viernes, 23 de marzo de 2007

El condenado por desconfiado



Dirección
Alejandro González Puche
Ma Zhenghong



El condenado por desconfiado
Y su Montaje


El montaje de El condenado por desconfiado pretende reconciliar dos sólidas tradiciones: El teatro del Siglo de Oro Español y la cultura popular colombiana, específicamente el Folklore del Pacifico Colombiano. Esta insólita unión es posible gracias a las sorprendentes similitudes existentes entre estas manifestaciones culturales, en elementos como el lenguaje, la versificación, la espiritualidad. En el Pacifico colombiano continúan vivas ancestrales tradiciones del barroco español como la Loa, Los Matachines y la Décima. Pero no cualquier obra del teatro español serviría para hacer este puente como El Condenado por Desconfiado, obra protagonizada por un santo, un bandido y una prostituta; tiene como tema principal el problema de la fe y la predestinación . Es decir es una obra con personajes y temas vigentes en nuestras comunidades.


La obra se inicia como la música y las décimas del pacifico, cinco actores se distribuyen la veintena de personajes y cual si fuera una obra de teatro popular van introduciéndonos en los laberintos de la antigüedad. La obra se ha ido construyendo con las propia comunidad del pacifico como espectadores, actores y maestros. Cada ensayo va arrojando luces sobre la forma de decir los versos y cómo es percibido el conflicto teológico entre el bien el mal. El Condenado por Desconfiado es una adaptación española de  El libro de Job, donde el Dios y el Demonio, hacen una apuesta sobre la verdadera fe de un hombre, en este caso Pablo, un devoto ermitaño. En la obra se exponen uno de los principales discusiones teológicas del Siglo XVII, el libre albedrío y la predestinación. En esta versión se ha respetado el verso original, claro está, con algunos recortes.

El Siglo de Oro es uno de los periodos mas apasionantes del teatro universal donde representantes de todos los estamentos de la sociedad española participaron de una fiesta colectiva en los Corrales de Comedias. Dramaturgos como Lope de Vega, Calderón de la Barca y Tirso de Molina participaron de una frenética escritura y representación de comedias, donde en cada semana en Madrid había hasta tres estrenos teatrales. Cada tarde en los corrales se entremezclaban géneros como comedia, entremés, loa, y baile.


El teatro denominado del Siglo del Oro negó los preceptos clasicistas, dominantes hasta entonces, creando un estilo propio de comedia, caracterizada entre otras cosas por su aparente superficialidad: Miguel de Cervantes, gran antagonista de Lope de Vega, las acusa de “inverosimilitud, necedad, inmoralidad y ligereza”. Estas características que anota Cervantes se deben en parte a que éste fue un género que consideró el gusto del espectador como un rey, y que compuso las obras para este público que no consideraba la tragedia clásica como propia. España del siglo XVII vivió para y del teatro, dando paso a un arte colectivo donde los actores y espectadores se confundían en una dimensión de la vida y de la magia.

Este fenómeno no se puede entender alejado del barroco, un complejo sistema artístico, que vino a subvertir el orden y equilibrio renacentista. El objetivo artístico del barroco pretendía mostrar la verdad y no la realidad, es decir elaborar una ficción de la vida más verdadera que la realidad misma. Nunca, hasta entonces en el escenario, se crearon tal cantidad de milagros fantásticos, los castillos completos volaban por el aire y se depositaban en el escenario. Las murallas se abrieron apareciendo volcanes de fuego, las montañas se desplazaron de un lado al otro, y esta vida exuberante que se mostraba en el escenario no era considerada teatral sino natural. Pero a su vez, multiplicidad de elementos utilizados en las comedias inundaron los hábitos cortesanos, los elementos escenográficos fueron utilizados en los rituales litúrgicos y funerarios y claro está, que los elementos exuberantes de la vida se utilizaron en el escenario.

Si bien es cierto que la existencia de una estructura teatral similar a la española no se dio en Colombia con las mismas dimensiones del teatro en España, corrales, compañías, dramaturgos, un repertorio, máxime cuando las campañas emancipadoras trataron de impulsar un nuevo drama nacional en oposición al teatro español. Sin embargo varios elementos de la teatralidad del barroco español se mantienen vivos aun en Colombia:

En Quibdo, se celebran las fiestas de San Pacho, las cuales tienen sorprendentes similitudes con los autos sacramentales del Siglo de Oro. Primero por que es una fiesta pagana en base a motivos religiosos; allí la población realiza una apropiación de su Santo al margen de la organización eclesiástica. Poseen una elaboración dramática de las procesiones, donde se utilizan imágenes gigantescas articuladas y se mezcla licor, baile y carnaval justificados en la fe. En la ciudad de Güapi, una de la poblaciones con una tradición cultural mas importantes en la costa pacífica colombiana, se celebra la fiesta de los Matachines, considerados por José Mª Díez Borque como una modalidad dramática clasificada como uno de los géneros dramáticos breves del teatro español. En Riosucio Caldas se celebra el Carnaval del Diablo, donde, como su nombre lo indica, se exalta la figura del demonio con máscaras, carnaval y chicha en su honor, es muy significativo que incluso se denomina a esta fiesta Carnestolenda, como el célebre entremés de Calderón de la Barca, la cual es conformada por: diversiones matachinescas, decretos en forma de Loa que se escriben versificadamente y se promulgan en la plaza.

¿Qué pasó con este teatro que se constituyó a partir de la negación de los modelos clásicos proclamado la risa como eje fundamental? ¿Como fue su desarrollo posterior? Al parecer esta forma española tan particular de concebir el teatro no presenta una influencia tan evidente en el teatro contemporáneo que ha olvidando y relegando el repertorio español, sus personajes y el verso original en lengua española. Sin embargo. ¿el gusto y la preferencias del espectador por estas forma teatrales también desaparecieron?. ¿Esta concepción teatral ya no motiva al espectador? ¿Existe aun un teatro donde el gusto del espectador impere? Donde los versos vallan mezclados con refranes? Donde el público se excite al ver galanes, doncellas y graciosos? Quizá en la respuesta a estas preguntas este la causa por la cual nuestros espectadores no se identifiquen con el teatro actual como una de sus artes predilectas.


PERSONAS
Néstor Durán PAULO ermitaño, LISANDRO galán, ALBANO viejo, un PORTERO.
Manuel Viveros ENRICO rufián.
Marleyda Soto CELIA amada de Enrico, GOBERNADOR , ROLDÁN.
Jhonny Alexander Muñoz PEDRISCO, gracioso OCTAVIO, ANARETO padre, de Enrico
Felipe Pérez Agudelo El DEMONIO, GALVÁN.


Escenografía y Vestuario
Pedro Ruiz



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